Los instrumentos indígenas son un acervo impresionante que se niega a desaparecer, algunos fueron creados hace siglos por los indígenas prehispánicos con lo que tenían a mano y les proporcionaba la naturaleza, como troncos, pieles de animales, carrizo, barro, caparazones de tortuga o capullos de mariposa.
No obstante que fueron creados hace siglos, muchos de estos instrumentos aún son usados por diversos grupos musicales en un esfuerzo, apoyado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), para evitar que la música tradicional mexicana sea desplazada por las ofertas de otros géneros musicales.
Los más conocidos y reproducidos por estas comunidades indígenas son:
El Erque
La caja
La camacheña
La quenilla:
La caña:
El profano
El teponaztle
teponaztle de piedra
El Erque: que es un cuerno vacuno con un “cañuela” a la que hacen una hendidura cerca del único nudo que le dejan; esta parte va introducida en la punta delgada del cuerno, lo que da lugar a que al soplar, tenga una vibración muy fuerte y se produzcan ondas sonoras agudas.
Es muy parecido al “Pututu” (instrumento usado por los incas para llamar o dar algún aviso de algo.
La caja: una lámina de madera muy delgada, de corte rectangular aproximadamente de 10 centímetros de ancho por 50 ó 60 de largo, la unen por sus dos extremos angostos, formando una caja hueca de forma circular; luego la cubren con panza de oveja sujetada por tientos que al mismo tiempo que ornamentan con figuras la franja angosta, sirven para asegurar y tensarla.
En la parte superior lleva un hojal donde entra el dedo pulgar, ya que con los otros dedos se impulsa la percusión del pequeño macillo. Es utilizada para dar el ritmo del aire a la danza y también como acompañamiento en las coplas (instrumento de percusión).
La camacheña: tiene un corte transversal en el pico y es un instrumento tritónico, por lo que solamente se pueden tocar melodías ligeras. Desde que es un niño, el campesino construye su propia Camacheña que le sirve de gran colaboración para espantar a las aves, desde la orilla de los trigales, etc. (pertenece a los Aerófonos).
La quenilla: a diferencia de la camacheña es un instrumento de viento completo que no falta en las fiestas religiosas. Quenilla es el diminutivo de quema porque es más pequeña que la anterior. (pertenece a los Aerófonos).
La caña: las hacen del tallo de las gramíceas, son muy similares al erke, sólo que su bocina es muchísimo más grande que el anterior y emite una voz melancólica singular (corresponde a los Aerófonos).
El profano: es parecido a una flauta de sonido muy agudo y es acompañado generalmente por la percusión de tamborcillos. Los aborígenes del Chaco boliviano bailan a su compás (Aerófonos).
El teponaztle: es un tambor típicamente plano-fijo. Es tocado golpeando uno de los dos paneles de madera gruesos en el centro y suena en el hueco del instrumento. El teponaztle fue tallado a menudo con fino detalle, con estilo antropomorfo, Sigue Instrumentos indígenas/tres/antropomorfo. . El huehuétel y el teponaztle náhuatl, son instrumentos musicales, que se utilizaron para diferentes ceremonias, incluyendo las funerarias, también en la Danza Azteca, de la Conquista, Chichimeca y Danza Tolteca, sin que esto implique diferencia alguna. La Danza de los Concheros es la manifestación real y palpable de la supervivencia de la tradición indígena náhuatl.
Teponaztle de piedra: de estilo antropomórfico que lleva grabada una cara en el frente que es muy probable el dios Azteca de la música y del juego, Macuilxochitl. El patrón tallado alrededor de la boca es un indicador fuerte de la deidad.
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